Guerra con España

La Guerra con España fue iniciada en el año 1831, después del proceso de Independencia que libró Perú, momento en el que el país admitió la deuda de la administración colonial. En ese entonces, los vínculos con España entraron en compás de espera.

Si bien, en el año 1853 España mostró reconocimiento a la independencia peruana, las relaciones se vieron afectadas a raíz de su participación en los asuntos americanos, como ocurrió en México y Santo Domingo en el año 1861, siendo estos destinos a los cuales enviaron tropas. Para conocer más sobre la presencia española, el desarrollo y balance de la guerra, continúe leyendo.

LA PRESENCIA ESPAÑOLA

Junto con las órdenes de proteger a sus súbditos, que participaban de una expedición científica, España también desplegó a través del océano Pacífico, un escuadrón dirigido por el almirante Luis Hernández Pinzón.

Mismo que en el año 1863 llegó a Valparaiso, y luego al Callao, momento en el cuál mientras se dirigía a California, se generó un incidente con colonos españoles que laboraban en haciendas en la costa norte del Perú.

Durante ese momento, la escuadra conformada por españoles ocupó las islas Chincha. Fue entonces, cuando España envió a Eusebio Salazar junto con Mazarredo, como Comisario Regio, título que fue considerado una afrenta, debido a que así se les llamaba en España a los representantes o dirigentes que enviaba a sus colonias.

¿De qué se trató el incidente con los colonos españoles?

Mientras tanto, en Perú, el 4 de agosto de 1863, ocurrió un incidente en la hacienda Talambo, Lambayeque, en el que fue asesinado un colono campesino español, circunstancia lamentable que fue inmediatamente aprovechada por algunas autoridades españolas que aún guardaban viejos recelos contra el Perú.

De esta forma, un tema del orden interno peruano pronto se intensificó en una crisis internacional, siendo exacerbado ante el gobierno español por el funcionario diplomático Eusebio Salazar y Mazarredo.

Entonces, incitado por Salazar, el general Pinzón, al mando de la escuadra española, decidió tomar represalias contra Perú, capturando las islas Chincha el 14 de abril de 1864, de dónde provenía la mayor parte del guano que exportaba Perú.

Producidos estos hechos, España reforzó su escuadra con las fragatas Blanca, Berenguela y Villa de Madrid y la acorazada Numancia, por entonces considerada una de las potencias más ofensivas del mundo.

DESARROLLO DE LA GUERRA

El gobierno al mandado de Pezet, se encargó de firmar un acuerdo con el español Juan Manuel Pareja, quién ocupaba el cargo de Almirante que había sustituido a Pinzón. Este tratado conocido como Vivanco-Pareja, fue muy discutido, generando gran revuelo.

El coronel Ignacio Prado, se levantó en Arequipa el 28 de febrero, rechazando el tratado y derrocando al gobierno. Para ese entonces, la escuadra española prosiguió sus operaciones en Chile, bloqueando su costa e incursionando en sus puertos y afectando en gran manera al comercio de la nación.

Los chilenos por su parte, lograron capturar la goleta Covadonga. En ese momento Perú y Chile consolidaron una alianza a la que posteriormente se sumaron Bolivia y Ecuador, esta alianza fue decisiva en la lucha contra España.

Continuidad de la Guerra

La escuadra en alianza con Chile acabó con la española en Abtao, el 7 de febrero de 1866, obligando a los españoles a retirarse. Los mismos, bombardearon Valparaiso el 31 de marzo y se dirigieron al Callao.

El combate del Callao, también conocido como el combate del 2 de mayo en 1886 ocasionó graves daños en las defensas españolas, que no tuvieron otra opción más que retirarse en dirección a España. En este combate perdió la vida José Gálvez, ministro de Guerra peruano, al momento de derribar la torre de la Merced.

BALANCE DE LA GUERRA

Si bien, el Combate del 2 de Mayo no fue una completa victoria militar para el Perú, no obstante, en la Guerra contra España, las fuerzas españolas no consiguieron su cometido, por lo que no tuvieron otra alternativa más que suspender el fuego y retirarse.

Los acuerdos del cuestionado tratado Vivanco-Pareja, no se llevaron a cabo y se desocuparon las Islas Chincha. Es por ello que se cree, no fue más que una ratificación de la Independencia de Perú, y la conclusión de las intervenciones españolas en América del Sur.

Por otro lado, aunque fue por un momento breve, la guerra con España no demostró sino la capacidad de las nuevas repúblicas de estar unidas y presentar defensa ante la agresión y explotación europea.

Desenlace de la Guerra

Finalmente, el Perú declaró la guerra a España el 14 de enero de 1866, y dado que el monitor Huáscar y la fragata Independencia aún estaban en construcción en Inglaterra, los únicos barcos superiores capaces de enfrentarse con éxito a la flota española, determinaron la conveniencia de enviar los cuatro barcos principales de la escuadra peruana al sur de Chile.

Esto bajo el concepto de lo que ahora se conoce en estrategia como «flota en el poder», donde debían esperar la llegada de los dos nuevos vehículos blindados para actuar posteriormente en set contra la fuerza enemiga.

Barcos

Tres de estos barcos, la fragata Apurímac y las corbetas Unión y América, junto con el cañonero chileno Covadonga, formaron la escuadra aliada, que bajo el mando del valiente e intrépido capitán peruano Manuel Villar, rechazó enérgicamente el 7 de febrero de 1866, en el Combate de Abtao, el ataque de las fragatas españolas Villa de Madrid y Blanca.

Tras este infructuoso intento de someter las fuerzas peruanas, el jefe naval español, brigadier Casto Méndez Núñez, reorientó sus esfuerzos y optó por afectar la infraestructura marítima comercial de ambos países, bombardeando el puerto chileno de Valparaíso, y luego el puerto del Callao.

Con estos antecedentes, el Callao se encontraba en peligro inminente cuando se desconocía la fecha de llegada de los acorazados Huáscar e Independencia, capaces de combatir con las naves españolas.

Combate

Sin embargo, para ese entonces habían llegado al Perú los cañones adquiridos por el coronel Bolognesi y, cuando se advirtió la amenaza al Callao, el gobierno ordenó la ejecución de las defensas necesarias a cargo de la Armada y el Ejército.

La movilización de la escuadra peruana fue total; junto a los adultos, se prepararon para luchar, los extranjeros también intervinieron, formando los famosos cuerpos de bomberos.

Fue una tarea en la que el pueblo y sus fuerzas armadas, unieron sus esfuerzos y participaron de manera conjunta, por la libertad que soñaban alcanzar como nación.

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