Abraham Valdelomar

Abraham Valdelomar fue un reconocido poeta, ilustrador de arte y escritor peruano. Su infancia en Lima influyó en muchos de sus diarios, ensayos, obras de teatro, poesía y cuentos. A la edad de 15 años, sus primeros poemas fueron publicados en una revista. Hizo contribuciones literarias a muchas revistas especializadas. También fundó y publicó sus propias revistas. Para conocer más sobre su vida, continúe leyendo.

¿Quién fue Abraham Valdelomar?

Pedro Abraham Valdelomar Pinto, fue un afamado escritor peruano creador de algunas de las más bellas narraciones, cuentos, obras de teatro, ensayos y crónicas peruanas; y para su época incluso algunos escritos bastante atrevidos.

Valdelomar, nació el 16 de abril del año 1888 en Ica. Pasó su primera infancia en Pisco y muy probablemente eso influyó en sus historias y poemas. A los 5 años llegó a Lima, donde visitó el Colegio Nacional “Nuestra Señora de Guadalupe”.

Estudios

Junto a su amigo de la escuela Manuel Bedoya, Valdelomar, mientras aún estaba en la escuela, publicó su primera revista llamada “La Idea Guadalupana” (La Idea de Guadalupe).

Dejó la escuela en 1911 y se unió a una escuela de ingenieros. Posteriormente Valdelomar se matriculó en la facultad de Letras de la “Universidad Mayor de San Marcos”. Para impulsar la candidatura de Guillermo Billinghurst a la presidencia de la República Peruana, Abraham Valdelomar fundó el “Club Universitario Billinghurst”.

Carrera

Su carrera como respetado escritor y caricaturista, comenzó con una caricatura publicada el 1 de septiembre de 1906 en la revista “Aplausos y Silbidos”. Pronto también fue conocido por sus ilustraciones en las revistas “Monos y Monadas” y “Gil Blas”.

Su primer poema, fue publicado en la revista “Contemporáneos” el 15 de julio de 1909. Durante su paso por el Ejército escribió crónicas sobre el conflicto entre Perú y Ecuador que fueron publicadas en la revista “El Diario” bajo el título “Con la Argelina al Viento”.

Con sus novelas “La Ciudad Muerta” y “La Ciudad de los Tísicos”, ambas publicadas en 1911 en la “Ilustración Peruana”, Valedelomar podría potenciar su éxito. En 1912 se postuló para la presidencia del Centro Académico de la “Universidad de San Marcos”, pero perdió las elecciones ante Alberto Ulloa Sotomayor.

Sin embargo, Guillermo Billinghurst, recién electo presidente de Perú, agradeció el apoyo de Valdelomar al nombrarlo director de la revista “El Peruano”.

Viajes fuera del Perú

Llegó a ser nombrado Administrador de la Imprenta Estatal y editor del diario oficial El Peruano (X -1912 V-1913), tras la victoria de Billinghurst, quien fue electo presidente del Centro Universitario billinghurista. Tras una campaña presidencial en 1912 en la cual Valdelomar tuvo una participación significativa.

Valdelomar, abandonó ambos puestos y posteriormente fue nombrado Segundo Secretario de la Legación del Perú en Italia, dirigiéndose hacia Europa el 30 de mayo. Tras pasar por Panamá, Cuba y Nueva York, llegó a Roma, asumiendo sus funciones de forma inmediata.

Al llegar a Roma, Valdelomar escribió sus “Crónicas de Roma” y las envió por correo a Lima. En el mismo año se publicó la novela “El caballero Carmelo”, por la que Valdelomar recibió el Premio de la Nación.

El 4 de febrero de 1914 Guillermo Billingshurst, fue derrocado con un golpe de Estado del coronel Oscar R. Benavides y Abraham Valdelomar prefirió renunciar a su misión diplomática en Roma.

Regreso al Perú de Abraham Valdelomar

De nuevo en la capital peruana, y luego de un breve arresto por conspirar contra la nueva Administración en 1914, Valdelomar comenzó a trabajar como secretario personal del polígrafo peruano José de la Riva-Agüero.

Bajo la influencia de Riva-Agüero, escribe su primer libro titulado La Mariscala (Lima, 1914), biografía ficcionalizada de Francisca Zubiaga, esposa del presidente Agustín Gamarra, importante figura de la política peruana durante algunos años.

Para ese momento, Valdelomar ya era colaboraba de forma frecuente con numerosas publicaciones en los periódicos La crónica, El Comercio y Revistas Spa, Lima Mundial y Variedades, en las que publicaba sus relatos, poemas y artículos.

Vida laboral en Lima

De regreso a Lima la revista “La Prensa”, le ofreció un trabajo como editor y hasta 1918 dirigió su propia columna llamada “Palabras” (“Charlas” o mejor “Chismes”), firmando sus publicaciones normalmente con el alias “Conde de Lemos”.

En colaboración con José Carlos Mariátegui, Valdelomar redactó la biografía de Doña Francisca Zubiaga Bernales de Gamarra “La Mariscala” en 1914, que luego fue puesta en escena. Es autor de “Cuentos Chinos” (Cuentos de hadas chinos), “Cuentos Yanquis” y otras historias; todos editados bajo el título “Los Hijos del Sol”.

En 1916, fundó y dirigió la revista “Colónida” donde Valdelomar publicaba sus relatos junto a artículos de los intelectuales escritores peruanos. En 1917 fue galardonado con el premio del concurso del “Círculo de Periodistas” por su ensayo “La Psicología del Gallinazo”.

Valdelomar como fundador de su propia revista

Valdelomar, que a su regreso de Europa se había convertido en el líder de un grupo de jóvenes escritores, decidió fundar su propia revista literaria, donde podría exponer obras acordes con los gustos literarios de la nueva generación representada.

Así, el 15 de enero de 1916 apareció el primer número de Colón, revista dirigida por Valdelomar que a pesar de su corta duración; publicada sólo cuatro números, el pasado mes de mayo de 1916. Tuvo una gran repercusión en el ámbito cultural peruano, hasta el punto de que empezó a hablar de un «movimiento colonial».

Muerte de Abraham Valdelomar

Desarrollando ambiciones políticas, Valdelomar visitó el campo peruano y dio conferencias en ciudades como Arequipa, Puno, Cuzco y Moquegua. En su ciudad natal, Ica, fue recibido con entusiasmo.

El 24 de septiembre de 1919, Abraham Valdelomar fue elegido como representante de Ica ante el “Congreso Regional del Centro Peruano” en Ayacucho. Debido a un trágico accidente, murió el 3 de noviembre de 1919, a la edad de solo 33 años.

Abraham Valdelomar, es un caso excepcional en la literatura peruana, alabado y agredido en vida como ningún otro autor en su país, estaba decidido a triunfar entre él, por lo que no dudó en adoptar posiciones desafiantes y escandalosas.

Sin embargo, detrás de la decadencia que solía mostrar en público y su apego a las frases brillantes e irónicas, se descubre un auténtico temperamento artístico, lleno de sentimiento y nostalgia, que se manifiesta en sus mejores poemas y en los cuentos criollos que componen su libro “El Caballero Carmelo”, que contiene algunos de los mejores cuentos escritos en el Perú.

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